Os voy a contar algo que me pasó
ayer y de lo que he aprendido mucho. A mi hijo Alejandro le dio por hacer un
test de inteligencia, a sus quince años supongo que toca ponerse a prueba y ver dónde están los límites. Una vez finalizado
vino corriendo a buscarme, no para contarme su resultado sino para pedirme que
lo hiciera yo. Muy considerado: mamá tú
tómate tu tiempo, si dudas, pues pasas a la otra pregunta y luego puedes
volver… Ahí me dejó. Lo terminé. Alejandro que estaba que no me quitaba ojo se
acercó corriendo para calcular mi coeficiente intelectual. Sorprendido con mi
resultado me dice, “pues yo he sacado, no sé cuánto más”, “…. Pero a ver mamá,
dime cómo has llegado en estos dos
ejercicios a este resultado”, me preguntó con curiosidad. Me pongo a
explicárselo contenta de que se sintiese orgulloso de mi pero por otro lado sin
entender para qué quería saberlo si él había hecho lo mismo, cuando levanto la cabeza y veo que me mira como
las vacas al tren. Sorprendida le
pregunto, ¿qué te resulta raro, cómo lo has hecho tú cariño?. Su explicación
fue para mí tan surrealista como
retorcida. Vamos, que no puedo ni recordarla.
Ahí me quedé, pensativa,
imaginando que cada mente es un mundo y que su lógica no tiene nada que ver con
la mía.
Esta mañana mientras desayunaba,
comentaban en las noticias la propuesta
de un partido político para modificar el IVA y estaban haciendo un ejercicio
con un ama de casa por la calle para ver si en su compra se ahorraba dinero o
no. En la pantalla aparecía la lista de los alimentos que había comprado la
señora y varios porcentajes de IVA
distintos, los que tenemos ahora y lo mismo con la propuesta de cambio. Al
mirar la imagen, y sin hacer números, yo sabía cuál era más económica. En ese
momento me he dado cuenta de que para mí las Matemáticas son un dibujo. Se me
dan fatal y las resuelvo si las interpreto.
Recordé la lógica de Alejandro y caí en la cuenta de que
la suya sí es matemática. Al final los dos llegamos al mismo resultado, pero de
forma distinta.
Esta anécdota me ha hecho pensar
que la mente es maravillosa, que cada uno interpretamos la información con las
herramientas que hemos desarrollado y que a pesar de ello podemos llegar a
conseguir el mismo objetivo de distinta forma. Ese hecho me inunda con una
sensación de libertad que me resulta muy reconfortante y considero que en el
colegio estaría genial que se fijasen en este tipo de detalles, porque
recibirían información valiosa sobre las habilidades de cada alumno y podrían
ayudarles a sacar el mejor partido posible.
Hoy me he venido a arriba, y
aunque siempre digo que soy de Letras 100%, hoy he perdido un poco el miedo a
las Mates gracias a mi hijo.
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